En el teatro de la justicia española, la Ley Orgánica 1/2025 ha entrado en escena, como un elefante en una cacharrería, con la presteza del domador con un látigo nuevo en la mano y una fiera a la que amansar: la fiera litigante, esa bestia insaciable que se alimenta de pleitos y colapsa los juzgados. Y entre su panoplia de medidas, destaca una especialmente singular, la regulación del «abuso del servicio público de la justicia».